El anti-debate de la oposición

Alfredo Elizarraras

Hablar de la oposición en estos tiempos, implica la necesidad de comprender las nuevas situaciones que giran en torno a la derecha mexicana. No es para menos que, cada vez hay menos aceptación del pueblo hacia ellos, debido a la recuperación de la memoria histórica y también, al pésimo papel que vienen haciendo ya de tiempo atrás.

Un pueblo cada vez más politizado y consciente de su entorno, cuesta más trabajo para ser gobernado y manipulado. Incluso, pese a existir múltiples intentos por parte de la derecha misma. Es por ello por lo que, ante la politización, la derecha ha puesto el grito en el cielo y a la conciencia social, ha decidió llamarla polarización.

Y no es para menos, si lo que antes decían y hacían dentro del gobierno con suma facilidad, ahora les cuesta una infinidad de trabajo y muchas veces, es el mismo pueblo aquel que les ha hecho oposición.

Andrés Manuel lo ha dejado en claro: “la sociedad debe politizarse, para que pueda exigirles a sus gobernantes, porque el pueblo pone y el pueblo quita. Palabras más, palabras menos. Ya que, desde la perspectiva de la derecha en México, la sociedad debe distraerse con espectáculos vulgares, para poder desviar la atención de sus gobernantes.

Así lo vimos en el reciente debate chilango y en el anterior debate entre la Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. El mismo síntoma y las mismas ideas, pero basadas en sus contextos: Una oposición corrompida, agresiva y sin ideas claras, mientras que un tercer participante (Llámese Chertorivsky o Maynez), hacen el papel de “amarra- navajas”, para intentar salir limpios del debate, mientras sus contrincantes terminan por destruirse a nivel nacional.

Divertido si pensamos que, en realidad, nunca hemos visto a movimiento ciudadano hacer propuestas reales, al contrario, su discurso lo han terminado por reducir a una canción: “nananana o Maynez”. Lo mismo para el prianismo, simplemente se han dedicado a copiar las propuestas y a fabricar fakenews.

No es de gratis que Taboada trató de impedir que, en el debate, se prohibiera hablar del cartel inmobiliario y no es para menos, si sabemos que él está hundido hasta el cuello, en ese tema. Sin embargo, la politización social, ya no permite una manipulación mediática. Y muy a pesar de las trabas que ellos impongan para esconder esos temas, el pueblo bueno y sabio, siempre saldrá garante del conocimiento y, en consecuencia, investigará aquello que sea de su interés.

¿O acaso la oposición aún no ha comprendido que el pueblo ya está politizado? ¿Acaso la derecha aún no ha entendido que el pueblo ya no se deja manipular mediáticamente como anteriormente pasaba? Efectivamente, parece que la oposición sigue aislada del mundo que ha sido cambiante en estos últimos años y por ello, se han mantenido en las mismas estrategias rancias y disfuncionales.

De hecho, su molestia y desesperación han llegado a tal punto de hacerlos ofender a ese pueblo politizado que ya no se subordina fácilmente a sus mentiras y manipulaciones mediáticas. Lo que antes encubrían con un partido de futbol o una telenovela, ahora simplemente lo llaman rescate o amor a la patria, llámese privatización o incremento de la deuda externa. Simplemente ellos buscarán hacer hasta lo imposible con tal de seguir robándose el erario.

No es para menos que, cada vez que vemos a uno de esos personajes levantar falsos y mentiras, nos remontan a la idea de saber qué dirán una nueva mentira, nota falsa o victimización, faltos de toda calidad moral. Es lo que podríamos llamarlo como una politización social que mete a la ciudadanía a la discusión de la vida pública de su país y le permite opinar sobre las acciones de su gobierno.

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