¿Aún te dejas engañar?
Alfredo Elizarraras
Finalmente, después de tantos días, estamos a unos pasos de concluir nuestras consultas sobre el proyecto de nación 2024- 2030. Como bien sabemos, este es un ejercicio de suma importancia para nuestro país; ya que, por primera a lo largo de nuestra historia como país, tenemos la posibilidad de ser escuchados.
Como tradición política y durante muchos años atrás, JAMÁS FUIMOS TOMADOS EN CUENTA. Al contrario, como bien lo mencioné anteriormente, como pueblo siempre nos distrajeron de los asuntos importantes para nuestro país. Su coordinación mediática se encaminó a contener nuestros puntos de vista y en sí, nuestra participación.
Siempre fuimos los engañados y traicionados por un gobierno corrompido hasta la médula. Un gobierno con candidatos afines a su pueblo, solo en las votaciones. Así es, un gobierno populachero y de ocasión; ya que, mientras ellos se dedicaron a robar y a aprobar reformas que jamás beneficiaron a nuestro país, para callar inconformidades, nos inundaron de dádivas y sobras provenientes de nuestros propios impuestos.
“Mientras yo viajo a Estados Unidos a comprar un premio de miles de pesos para intentar reflejar un reconocimiento oficial ficticio, me alimento en los restaurantes más costosos, utilizo los transportes ejecutivos y me doy los lujos más exquisitos; a ti te aviento las migajas de mi bondad y del erario. Solo recuerda que mis lujos y tus migajas, las debes de pagar tú, con tus impuestos”.
Así es, las migajas que siempre nos aventaron, las pagamos nosotros mismos, lo que significa que jamás hubo bondad alguna en sus dádivas. Al contrario, la entrega de maiceo que siempre han hecho, en caso de no estar dentro de la administración pública, la cobrarán 500% más, al tomar posesión del cargo que pretenden. Ya que, para ellos, es una inversión que se recupera fácilmente haciendo negocios.
“Mientras me convierto en un nuevo y excéntrico acaudalado, tendrás el gran privilegio de recibir un bolígrafo con mi nombre y los colores de mi partido; así, jamás olvidarás mi buena voluntad y humanidad”.
Un individuo que solo aspira al poder para beneficiarse económicamente, en nada beneficia a nuestro pueblo y menos, cuando arrastra consigo, una historia moral proveniente del prianismo. Una moral prianista que lo lleva a repetir patrones de élite, pese a salir en muchas ocasiones de las clases sociales más despreciadas por la misma élite que ya estando en el poder, deciden representar.
Es por ello y mucho más que debemos politizarnos como pueblo. Debemos hacer la diferencia entre un pensamiento mediocre del prianismo y lo que realmente significa estar con los más pobres y necesitados de nuestro querido México. Reflejar en total y absoluta completud, ese humanismo mexicano que nuestro preciado AMLO, nos está dejando como herencia.
Un humanismo encaminado a trabajar en beneficio de la colectividad y con total desapego de la codicia más desmedida y degradante de una clase política de abolengo que se niega a desaparecer.
Sin embargo, es esa misma clase política que puso de moda las tranzas, los robos, la corrupción y el clasismo, en su máxima expresión. Una clase política corrompida la 100% que nos enseñó que la corrupción y la traición, se beben con café caliente y se castigan con una suave y elegante sacudida de manos…
Sin embargo, de la sociedad depende que dejemos continuar o no, a estos individuos con sus vicios más putrefactos. De nosotros depende, dejarnos engañar o no, por la casa de los famosos o bien, fomentar la participación de todas y todos nuestros vecinos, para que el cambio verdadero, no deje de avanzar.
Ahí radica la importancia de la politización social y la formación política, ya que, pese a que muchas veces no nos damos cuenta, nuestras mentes también necesitan ser educadas para que tengan por bien conducir nuestros actos hacia el bien para alcanzar la justicia social. Fortaleciendo con ello nuestros principios y valores morales.