Iniciamos un nuevo año con la continuidad de la problemática COVID y sus diversas variantes, la cuarta ola, y el regresa a semáforo amarillo, lo que dio pauta a que platicando con algunos compañeros de diversas disciplinas, encontramos diversas controversias, como que, mientras la población en general, busca acabar con el “terrible virus” por medio, el uso del gel “antibacterial”, los sanitizantes, la sana distancia y en algunos casos, no exponiéndose en lugares muy concurridos para evitar contagiarse, y aplicándose las vacunas, a la par notando que algunos altos funcionarios entre ellos, los sanitarios, nada mas no les han funcionado las estrategias sanitarias, por lo que algunos mejor se ¨retiraron¨ para evitar que se les atribuya alguna responsabilidad., y ¨otros¨ están a la espera de algún proceso judicial.
Una característica de la “Construcción Social del Riesgo” es entender que: La mano del hombre influye en casi todas las acciones, que pueden generar bienestar, mejoras, daño o pérdidas para nosotros mismos, de ahí, el porqué de tantos decesos en todos los países, lejos de cualquier teoría conspirativa, solo algunos miembros de la academia relacionados a las Ciencias Sociales, han aceptado que el problema no es el ¨terrible o maldito virus¨, el verdadero problema, es lo vulnerable (mejor dicho ¨vulnerada¨) que se encontraba la población, a la presencia del virus, toda vez que las personas con alguna comorbilidad fueron y continúan siendo la población que al exponerse, es la más susceptible a agravarse al contagio con el COVID-19, y cualquier variante (incluyendo al personal médico y los diversos integrantes de los cuerpos de emergencia).
Pero esa vulnerabilidad no llegó sola, se trata de una compleja problemática generada por el actual sistema económico fallido, el cual mantenía a la población ¨limitada¨ y con deficiencias en alimentación, malos hábitos en general, por el tipo de alimentos (que producía la industria con la aprobación de algunas autoridades negligentes) con lo que las personas se deterioraron al paso del tiempo (generándoles diabetes, hipertensión, colesterol alto, etc.) y al llegar el COVID-19, fue a las primeras personas que afectó.
a algunos alertó y ahora mejoran su condición alimenticia y física, (aun sin tomar en cuenta, que lo deteriorado que estábamos antes, no lo podremos eliminar) quedando a expensas del ataque del COVID y sus múltiples variantes, (Delta, Omicrón, IHU, y las que faltan).
¨Por lo tanto el problema no es el virus… el problema somos nosotros¨, Al final, ¨Nos iremos ¨ los que nos tengamos que ir¨, de acuerdo a los cuidados que hayamos tenido de manera integral con el cuidado de nuestro cuerpo.
Para muestra un botón: los asintomáticos son un ejemplo claro de personas, de los que, sus organismos se encuentran en mejores condiciones y resilientes al ataque del virus, mientras que posiblemente la vacuna del COVID pase a formar parte de la lista de las que tengamos que aplicarnos cada año, como la influenza.