.- Las comisiones por la construcción de la paz, una simulación más

.- Cuando la sociedad aprenda que está sola en materia de lucha contra la pandemia avanzaremos

Por: SAÚL HERNÁNDEZ

EN LOS recientes días se han llevado a cabo reuniones intermunicipales en materia de seguridad, al cual le llaman trabajos para la construcción de la paz, donde no se observa ningún tipo de avance y le pongan el nombre que le pongan de todas maneras esa coordinación de la que tanto se habla es un caso más ficticio, porque nuevamente abogamos al número de instituciones que existen para precisamente poder brindar la seguridad que la ciudadanía requiere y todas ellas son letra muerta.

Lo que ha quedado claro es que el último aspecto es el de la voluntad, donde si este existe por parte de la autoridad las cosas quizás se puedan hacer, pero sin duda lo que refleja la incapacidad o la falta de voluntad es una gran complicidad porque para nadie es ajeno que la industria de la inseguridad es bastante rentable y el costo en materia social es muy alto, situación que al parecer está en tan sólo un puñado de manos que son los que definen que sí y que no de la paz pública.

Estas coordinaciones al igual que otras que se han llevado a cabo nunca han trascendido y jamás han sido funcionales para el resguardo o desarrollo de la población, caso concreto son las coordinaciones intermunicipales para las líneas limítrofes o bien para el desarrollo Urbano, que sabemos que también en materia de lotificación es un gran negocio para unos cuantos y que han llegado a un grado de cinismo que abiertamente se ofrecen a la venta de lotes y la autoridad poco hace para poder evitar tal situación, sobre todo que sabemos que se genera una anarquía urbana y con ello los grandes problemas que atraviesan las comunidades y sus pobladores al ser de carácter ilegal, situación que al parecer también cuentan con el aval de los poderosos del poder político y gubernamental.

Así que estas comisiones simplemente no funcionan y los alcaldes en cuestión justifican su actuación ya sea con más sueldos o con supuesto más equipamiento que surge siempre la duda saber si es a favor de la población o a favor de quienes manejan la seguridad pública.

Y RETOMANDO el caso de la semaforización epidemiológica que nos regresa al color amarillo, la autoridad insiste en que no habrá regreso en ninguna actividad ni educativa ni económica, por lo tanto nuevamente se refrenda el hecho de qué la sociedad en ese rubro está a su suerte.

Lo peor de todo es el hecho de qué tampoco se le brindan herramientas ni estrategias ni planeación en acciones que le ayuden a enfrentar el problema, por lo tanto cada quien estará a expensas de lo que tenga para poder avanzar o bien quedarse rezagado y padecer los efectos de dicha pandemia que para muestra son los números rojos donde ya se han rebasado los 303 mil contagios de manera oficial y casi 250 muertos por día, situación que llevó a la autoridad a regresar a la mitad de las actividades y por ende al semáforo amarillo.

Con toda esta situación queda en claro que muchas cosas que se han dejado de hacer y que la capacidad o mejor dicho incapacidad de la autoridad está a todas luces y a ojos vistos, cuando se tienen elementos y no se dinamizan a favor de la población como el caso de los DIF u otras instancias que sean de carácter municipal y dirigidas a la salud de la población.

Dos temas estos seguridad pública y salud que son de carácter vital y que urgen pronta respuesta para el desarrollo de la sociedad pero aún sobre todo el hecho de qué la autoridad tiene comprometida su palabra y de no hacer algo más nuevamente quedarán como un puñado de mentirosos.

Y ya dije.