Lo acontecido desde México hasta Atizapán de Zaragoza——
Alfredo Elizarraras
Antes de comenzar esta participación, me gustaría disculparme con todos mis lectores que, durante estos ya casi tres años, han seguido mi columna; ya que, por cuestiones de veda electoral y otras situaciones, no pudimos hacer nuestra columna anteriormente, hasta hoy. Sin embargo, aquí seguimos en la búsqueda de la acción reflexiva de la vida pública de nuestro municipio y de nuestro país.
Es verdad que estos días fueron bastante interesantes y también intensos, en nuestro país. Ya que, fuimos testigos de los resultados que eran predecibles por todas y todos: “tenemos presidenta, la primera de toda la historia de nuestro querido México”.
Resultados que, durante el proceso de campañas, se hicieron cada vez más evidentes, debido a lo que considero dos factores principalmente: 1. Una oposición inmadura y desorganizada, que no supo conducir a su candidata, no le supo construir un discurso y al contrario de lo que parece, la dejó caminar sola por los debates y el mensaje dado a la ciudadanía. De ahí la perdida sumamente rápida de su popularidad. 2. Una ciudadanía cada vez más politizada a la que ya no le basta con promesas y demagogia, al contrario, está al pendiente de las decisiones y acciones de los políticos que buscan representarnos.
Y eso esta bien, porque todo aquel que busque representar al pueblo, debe pasar por el ojo clínico de la ciudadanía informada.
Aunque, lo preocupante en este caso, es en lo que se ha convertido nuestro municipio (desde la perspectiva del morenismo en Atizapán de Zaragoza). Es decir, un pueblo sin ley en donde todos hacen lo que quieren y el cual, solamente es visto como la caja chica para muchos de los actores políticos y referentes que aquí se encuentran.
Un municipio dominado por una élite mafiosa que, por lo regular, suele negociar los procesos electorales y, en consecuencia, no tiene interés alguno por el avance de Atizapán, más bien, solo ve por sus interés más oscuros y viles.
Eso lo pudimos constatar en este proceso electoral reciente, el mismo grupo que en las elecciones del 2021 hicieron el plantón para desestabilizar al gobierno morenista, fueron vistos en las elecciones de la maestra Delfina, operando a favor de la oposición, de igual manera a como lo hicieron en las elecciones recientes. Es decir, un grupo de choque ya acostumbrado a hacer guerra sucia y venderse por la obtención de algún cargo en la administración municipal.
¿Acaso los ciudadanos de nuestro municipio merecen que vivamos otros tres años sin agua o con la inseguridad desbordándose en la Col Emiliano Zapata? Pues, aunque no lo crean, actualmente estamos en esa circunstancia. Sin embargo, no es tan malo el horizonte, ya que, después de analizar los resultados obtenidos y pese a las muchas irregularidades e ilegalidades cometidas por el candidato del blanquiazul, la cantidad de votos fue mayor a la obtenida en las votaciones de la maestra Delfina. Es decir, finalmente descubrimos que esos personajes jamás ingresaron votos a las urnas morenistas y al contrario de ello, en todas las elecciones anteriores a esta, siempre votaron a favor de la derecha.
Ya que, de haber trabajado a favor del partido, su ausencia en la votación se hubiese visto reflejada y contrario a eso, la votación subió sin ellos y esto pese al intento de boicot que hicieron de manera intensa, promoviendo el voto cruzado que le diera el triunfo a su nuevo amo y patrón. Después de todo, ya los veremos felices en algún puesto, sabedores de su corrupción y su traición no solo hacia el partido, más bien hacia AMLO, hacia Claudia y sobre todo, hacia el pueblo bueno y sabio.
Esa es la mayor evidencia que puede delatar a los simuladores: “la productividad”; ya que, esta es medible, con ellos y sin ellos. Un antes y un después. Por ello, es fundamental que la ciudadanía, esté pendiente de esos personajes que lejos de ayudar a cambiar hacia la búsqueda de la justicia social, simplemente permiten la compra de su dignidad, a cambio de una monedas, un trabajo de aviador y una palmadita en el hombro, como muestra de obediencia.