El 2024 y la esperanza del pueblo…

Alfredo Elizarraras

Las manecillas constantemente ven su marcha. Cada segundo, acompañado de su voz, nos indica que pronto, muy pronto estará llegando ante nosotros, el 2024. En las calles, el caos por este nuevo año que se acerca, no se hace esperar. Sonrisas, alegrías y productos de temporada, son lo que suele haber, en casi cada rincón de nuestro municipio.

Por un lado, la emoción por un gobierno que ha mantenido el valor de nuestro peso, frente al dólar. Por ese mismo lado, noticas invaden las redes sociales: La construcción del tren maya, la inauguración de la mega farmacia del bienestar en Huehuetoca, los programas sociales dirigidos a apoyar a las mujeres del Estado de México, entre muchas cosas más, que traen tranquilidad y paz a los corazones de los atizapenses.

Sin embargo, lo que más energía genera, es la esperanza de que la 4T, se concrete en nuestro municipio. La esperanza de un gobierno humanista que dirija sus esfuerzos, hacia el máximo bien del pueblo, es decir, hacia la justicia social.

No hay frío que pueda borrar la sonrisa esperanzadora del pueblo. Nada ni nadie, son capaces de parar este maravilloso tren social, en donde el pueblo, es el protagonista, como nunca se había visto antes.

Aunque, esa sonrisa debe seguir, porque es parte de la transformación.

Un año que marcó la pauta del cambio y lo seguirá haciendo, ya que, uno de los principales objetivos y, sobre todo, de la tradición de toda izquierda existente en nuestro país, es la de enfrentarse a una mafia del poder.

Podemos decir que en todos lados existe una mafia del poder que quiere apoderarse de todo y enriquecerse a costa del erario. Es parte de toda democracia que siempre haya espíritus corruptos que solo busquen el poder por el poder. No en balde sabemos que muchos incluso ponen a pelear unos con otros, para que se ganen el puesto, a costa de sudor y sangre.

Espíritus débiles que antes la imposibilidad de construir una vida honrada con su esfuerzo, aparecen de vez en cuando para mendigar algo que les permita ganarse el pan, con el poder de su flojera.

Son aquellos que, durante años, se creyeron los dueños de nuestro país y de nuestras vidas. Aquellos que ven la justicia social como un negocio redondo. Es por ello por lo que la lucha de nuestro presidente tomó fuerza. Una lucha legitima que surgió como consecuencia de la injusticia social.

Una lucha que debe mantener vivos los ideales que beneficien al pueblo y por el pueblo. Ideales alejados del individualismo y la envidia. Mucho menos, de la corruptela y el oportunismo político de venderse a quien compre la dignidad humana.

Una lucha que se encaminó a regresar la dignidad perdida a aquellos que siempre padecimos la crueldad del prianismo. Un año que casi se va, pero que quedará en la historia de nuestro estado, como el año de la justicia social.

Lo mismo para el 2024, será el año del pueblo. Un año que nos traerá un nuevo paradigma político. Un 2024, que vendrá honesto y justo. Un año en el que la lucha social se volverá parte natural de los atizapenses y sabremos decirle no a la mafia del poder que nos quiere esclavizar, disfrazándose de guinda.

Un año que vendrá a fortalecer más aún la sonrisa del atizapense, ante la gran sorpresa de tener un cambio realmente de izquierda, en nuestro preciado municipio.

El año que vaticina la honestidad y la derrota del prianismo guinda.

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