Después de la Batalla maestra, seguimos adelante.

Como todos sabemos, el pasado 4 de junio se concretó el triunfo de la Batalla maestra y con ello, se pudo dejar atrás, todo un aparato dictatorial de casi 100 años en nuestro preciado Estado de México.

La felicidad de los vecinos en Atizapán de Zaragoza se ha dejado ver a lo largo y ancho de nuestro municipio. Entre llamadas telefónicas de felicitación y portación gustosa de gorras y playeras de campaña, se respira un aire de felicidad. Ya que, el actual gobierno estatal, poco a poco se volvió obsoleto y jamás disminuyó sus niveles de totalitarismo.

Muchas mujeres finalmente se pudieron librar de ese yugo esclavista de parte de las coordinadoras de las tarjetas rosas, quienes prácticamente las amenazaban con quitarles el apoyo, si las veían apoyando a un partido político diferente al PRI. Incluso con sus aliados del PAN, se pusieron intolerantes y tampoco permitieron que sus afiliadas a dicho programa recibieran otro apoyo que no fuese la famosa tarjeta.

Imagina el estrés que durante meses sintieron, de solo pensar que día y noche las vigilaron sin cesar. Sin embargo, esa es la esencia del priismo, quien, incluso son capaces de rentar cuartos cercanos a vecinos morenistas, con tal de vigilarlos y acosarlos constantemente.

De hecho, fue muy mencionado que las coordinadoras de la tarjeta rosa se comenzaron a infiltrar en todos los grupos vecinales de Atizapán, quienes se dedicaron a tomar nota de todos los números telefónicos que apoyaban alguna publicación morenista. Se infiltraban y comenzaban a llenar de spam, preguntando ellas mismas, información sobre la tarjeta rosa.

Es decir, quisieron apoderarse de un trabajo que no era suyo y como buen priismo, usa cualquier maña a su alcance para destruir toda organización civil que no les diese algún beneficio.

Lo mismo con la famosa diputada federal del PAN, quién se dedicó a perseguir y acosar a brigadistas de morena. A seguirlos en coches y tratar de meterles temor. Pero no es un comportamiento dado de un momento a otro, es una actitud que toda su vida política ha tenido y, en consecuencia, forma parte de sus maneras políticas de desgastar a sus opositores. Con acoso, persecución y usando todos los recursos a su alcance, para amedrentar a quienes no comparten su punto de vista.

Una visión política de autoritarismo y persecución, al más viejo estilo de las mafias y la política más retorcida de nuestro país. Casi como un capo buscando infundir miedo en sus enemigos.

Afortunadamente para nosotros, ya no estamos en esos tiempos. Gracias a la #CuartaTransformación se han dejado de lado esos vicios del pasado, en donde los rebeldes, eran desaparecidos para silenciarlos. Casos como el de la matanza estudiantil de 1968, son el reflejo de esa tiranía política de ese pequeño grupo porril que siempre buscó la manera de aferrase al poder, sin importar los medios ni las formas.

De lo anterior, corresponde a la militancia y simpatizantes de la 4T, mantener viva esa llama de Esperanza que durante años se nos negó. De nosotros depende, mantenernos firmes y no corrompernos por el poder. Al contrario, buscar el poder para alcanzar la justicia social y jamás en contra del pueblo bueno y sabio.

Aunque sabemos, que el camino es largo y nada fácil, nos corresponde seguir delante, porque es en este momento histórico, que debemos caminar con paso firme y dignidad al 100. Debemos luchar por la dignificación de nuestro pueblo. Ya que, eso es parte de la gran enseñanza que venimos aprendiendo de nuestro muy preciado Andrés Manuel.

Es nuestro deber volver digna la vida pública de nuestro país y llenar nuestras venas, con ese brebaje llamado: “humanismo mexicano”. Ese brebaje digno de nuestro más profundo reconocimiento, que no deja de remontarnos a lo más profundo de nuestro ser.

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