SUEÑOS EXTRAÑOS

Por: SAUL HERNANDEZ

HAY MUCHAS cosas que hemos vivido y que de repente razonamos y creemos que ya las hemos experimentado antes, de antemano, paso algo parecido a los sueños, donde se dice que es el subconsciente el que se apodera de nosotros a través de nuestras emociones que a final de cuentas nos quiere prevenir, porque es eso, la prevención.

Así con parte de esas ideas avanzamos, pues he de comentar que a lo largo de mi vida he conocido muchas personas, algunas más cercanas que otras, pero también algunas con adicciones raras o de o pensamientos también muy ajenos a la forma de lo que consideramos normal.

Para algunos pueden ser dones, para otras alucinaciones o enfermedades, lo cierto es que hay de todo y por nuestro camino así sucede, conocemos personas de pensar y acciones totalmente diferentes.

Así conocía a Yolanda, una chica simpática de estatura media, cabello corto, de grandes ojos y de entrada parecía muy perspicaz, como que le ponía mucha atención a las pláticas, sobre todo en las reuniones últimas, cuando se filosofaba sobre la vida y el amor, por decir algo.

Sin embargo había algo en ella que emanaba curiosidad, que daban ganas de saber qué era o qué le fascinaba y aunque un poco retraída en ese sentido, como que no dejan mucho observar su personalidad.

Así en una de esas reuniones en que departíamos con amigos y al paso de algunos tragos de vino, se hizo noche, por lo tanto el tema era casi innegable sobre la filosofía de la vida, sin embargo, en aquella ocasión el tema lo ocupó lo paranormal, lo oscuro, que es un tema que a nosotros los mexicanos nos encanta, nos llena de temor y de momento saca a relucir todo nuestro yo interno y que después se nos olvida, pero que sin duda es algo que nos apasiona y nos da curiosidad.

Así en aquella ocasión no faltó quien apostara jugar la Ouija, que a final se desistió y todo quedó en pláticas.

Al paso de las horas Yolanda nos fue platicando algunas cosas que de entrada parecían increíbles, pero que ella afirmaba haber vivido.

Ya después en otros encuentros y ante la duda de sus maneras y formas, así como con una mayor confianza, me platicó que ella en sus sueños, podría saber si alguien moría. De entrada, me quedé pasmado, y no le creí, entonces le platiqué que me contara algunas situaciones de tal pensamiento o don.

Así ella me dijo que cuando tenía sueños, siempre eran en situaciones extrañas, pero lo más raro es que aparecían personas ajenas a ese momento, y le dije que eso casi a todos nos pasa, entonces de manera inmediata, el sujeto extraño en la escena aparecía enfermo, de algo, pero enfermó para después morir.

Y como ejemplo me comentó de una persona que ambos conocíamos pero que no tenía nada que ver con el círculo de amigos, de antemano era un conocido amigo del amigo,

Todo quedó en ese comentario y dos semanas después, resultó ser que ese sujeto referido se había accidentado en una motocicleta perdiendo la vida,

Cuando conocí la noticia pues como toda mala noticia afectó, sin embargo, de entrada no le puse atención sino hasta pasados unos día recordé la referencia de mi amiga. Situación que se me hizo en verdad, muy coincidente.

Pasó el tiempo y en otra reunión en la que volvimos a participar, me llegó a contar otro sueño de otras personas, que por cierto le comenté lo que había sucedido con el otro sueño y se acongojó, señalo que ella se dio cuenta de esa situación cuando iba en la primaria, que tales referencias se las daba a su madre, que siempre la tachó de loca, algo que las madres hacen muy común, sobre todo cuando somos niños.

Así ella creció con tal situación que la llevó a visitar psiquiatras y a todo tipo de doctores sin que alguien le dijera de que se trataba, ya no le quedó de otra más que develar ese secreto de su vida personal.

En esa ocasión me platicó que había soñado con una amiga del círculo en otra vez, esos sueños combinados que nada tienen qué ver uno con el otro.

Semanas después la madre de esa amiga falleció, la verdad no supe qué decir, fueron situaciones muy extrañas,

Pregunté a Yolanda e porqué no emitía dichos sueños y decía que no, que la tacharían de loca, enferma o persona de malas vibras, por lo qu mejor para ella era callar.

El asunto se puso peligroso porque también al borde de los tragos, me dijo que no le era tan indiferente, precisamente porque no la juzgaba y que ojalá la relación avanzará más que el de una amistad.

De entrada me sentí raro por la declaración, no estaba acostumbrado a situaciones tan directas, pero ya después de pensarlo rápido y poco le dije que no, que ya tenía un compromiso, con el motivo que desistiera, sin embargo, dijo que no le importaba,  pero al final me resistí.

Alegando hacer otras cosas, me despedía y salí del lugar, en compañía de otro amigo.

De rápido le platiqué la historia, hasta el final de la declaración, y me dijo que era muy tonto al no haber aceptado la oferta, que además ya estaba todo puesto para cualquier cosa y que la chica no era fea.

Acción qu acepté lo único que me preocupó, fue que en su momento me soñara y ello desistió mi ánimo, nos fuimos a otro bar en silencio, con la intención de no saber más de cosas de otros pensamientos. Y rogando que en sus más preciados o malos sueños, no fuera a aparecer en uno de ellos.

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