Generación Z. Entre el hartazgo y la esperanza. Demandas socio-laborales en un país que les queda a deber

Por: Fernando Lira Flores*

¡Hola de nuevo! Bienvenidos, a esta entrega del artículo de opinión del Ser y la Nada, relacionado con un análisis crítico de la manifestación acaecida de la generación Z.

México ha observado a sus jóvenes por décadas, pero rara vez los ha comprendido.

Hoy la Generación Z no solo estudia o busca empleo: exige espacio en la vida pública, reclama oportunidades y transforma la calle en aula de conciencia.

No hablamos de teorías abstractas, sino de la realidad cotidiana de quienes tienen entre 18 y 29 años, enfrentando un país que les queda grande y a la vez les debe todo.

En los últimos meses, sus movilizaciones han captado la atención nacional (Ríos, 2025; Garrido & Soriano, 2025).

Entre pancartas y transmisiones en redes, surge la pregunta: ¿protestan por hartazgo genuino o son manipulados por actores políticos? La respuesta es dual: existe indignación auténtica, pero también hay quienes buscan capitalizarla. La manipulación no elimina la rabia real; la recarga, la hace más evidente.

Continuamos…

La Gen Z ante el espejismo de la oportunidad

Nos referimos a esto porque los jóvenes mexicanos son más educados que generaciones previas, pero enfrentan un mercado laboral precario y desigual. La OIT (2022, 2024) y el Banco Mundial (2023) documentan empleos mal remunerados, acceso limitado a vivienda y expansión de la informalidad entre los menores de 30 años.

Por otra parte, Latinobarómetro, citado por Ríos (2025), confirma que, para la Gen Z mexicana, el problema central no es la inseguridad, sino la economía y la falta de empleos de calidad. No piden privilegios; piden posibilidades.

Será un hartazgo legítimo y vulnerabilidad

El 61% de la Gen Z mexicana se siente desprotegida ante el crimen y 65% teme ser víctima de violencia (Latinobarómetro, 2025).

Pero la amenaza más profunda es estructural: abandono sistémico, pobreza laboral y déficit de vivienda asequible (CONEVAL, 2021–2024).

Trabajan más, ganan menos y heredan un país donde la estabilidad parece un privilegio. La precarización laboral ya no es excepcional: se ha vuelto norma (OIT, 2024).

Hablemos ahora del futuro cancelado y la calle como maestra

Debido a que muchos jóvenes describen su situación como un futuro cancelado ya que, pueden estudiar, certificarse, aprender idiomas, pero aun así no alcanzar ingresos suficientes para rentar, ahorrar o formar patrimonio.

Estas movilizaciones muestran que la Gen Z ya no quiere ser espectadora: reclama participar, decidir y transformar. La democracia deja de ser un evento electoral; se convierte en ejercicio cotidiano. La juventud exige ser pensada con ellos, no por ellos.

Para el gobierno y la sociedad. Una agenda mínima para reconstruir la confianza

El diálogo con la Gen Z requiere acuerdos claros y urgentes -en opinión personal-:

  1. Salarios de entrada dignos y promoción de empleo formal juvenil.
  2. Programas de vivienda asequible y vinculados a empleo formal.
  3. Conexión real entre educación y trabajo, evitando el “título sin empleo”.
  4. Estrategias de salud mental juvenil frente a ansiedad y burnout (OMS, 2023).
  5. Seguridad con enfoque preventivo y comunitario.
  6. Consejos Ciudadanos Juveniles con poder vinculante.
  7. Transparencia en convocatorias a movilizaciones para evitar manipulación política.
  8. Reducción de la informalidad juvenil mediante trámites simplificados.
  9. Políticas económicas que promuevan movilidad social, no solo crecimiento macroeconómico.
  10. Reconstrucción de confianza mutua entre sociedad y juventud.

A modo de colofón diremos que:

México enfrenta una oportunidad histórica que es: escuchar a quienes caminarán más lejos que cualquiera de nosotros.

La Gen Z no es estorbo ni instrumento político; es un llamado urgente. Marchan por futuro, y esa palabra nunca debería ser un privilegio, sino un derecho.

Así pues, el desafío es claro es: seremos la generación que los escuchó a tiempo o la que los obligó a marchar sin descanso.

Les dejo con estas reflexiones lectores:

Preguntas para reflexionar

Para los lectores:

  1. ¿Qué responsabilidades tenemos como sociedad para que la juventud no tenga que “marchar por su futuro”, sino vivirlo con dignidad desde hoy?
  2. ¿Cómo podemos reconocer la precariedad y vulnerabilidad de la Generación Z sin reducir su protesta a moda o espectáculo mediático?
  3. ¿Estamos dispuestos a replantear nuestros prejuicios sobre la juventud y escuchar sus demandas como aportes válidos al país, y no solo como quejas?

Para el gobierno, le dejamos esta cuestión

  • ¿Qué medidas concretas está dispuesto a implementar para garantizar que las oportunidades económicas, laborales y de seguridad no sean privilegio de unos pocos, sino derechos accesibles a toda la juventud?

Hasta el próximo artículo de El Ser y la Nada, ese lugar donde lo urgente no es lo que dicta, sino lo que se cuestiona.

* Administrador de Baldemart y Asociados S.C. y docente desde bachillerato hasta posgrados en diversas instituciones educativas públicas y privadas.

Gracias por leerle

Mesografía sugerida

  • Banco Mundial. (2023). Perspectivas laborales para América Latina y el Caribe.
  • CONEVAL. (2021–2024). Informes de pobreza laboral y movilidad social en México.
  • Garrido, V. M., & Soriano, R. (2025, 15 de noviembre). “No me interesa quién convocó la manifestación. El hartazgo es real.” El País.
  • OIT. (2022). Juventud y empleo digno en América Latina.
  • OIT. (2024). El futuro del trabajo juvenil: retos y oportunidades.
  • OMS. (2023). Informe mundial sobre salud mental en jóvenes.
  • Ríos, V. (2025, 2 de octubre). “¿Qué tan inconforme está la generación Z?” El País.