*Abuso de autoridad, corrupción y violencia de género, entre las principales faltas investigadas
Por Jorge Contreras
CUAUTITLÁN IZCALLI, Méx.— La administración municipal de Daniel Serrano Palacios enfrenta uno de los retos más complejos en materia de seguridad: depurar a su propia policía. Actualmente, 94 elementos de la corporación se encuentran bajo investigación interna por distintas irregularidades, desde ausencias injustificadas hasta posibles actos de corrupción.
El edil informó que la Unidad de Asuntos Internos tiene abiertos 94 expedientes, de los cuales 36 ya fueron iniciados, 22 están en procedimiento, 17 están por enviarse a la Comisión de Honor y Justicia (CHyJ) y 19 fueron remitidos a este organismo disciplinario.
Las cifras reflejan un proceso en marcha. Entre mayo y agosto, la CHyJ recibió 25 expedientes: 19 concluidos y seis en curso. El resultado hasta ahora: tres bajas definitivas, 12 suspensiones sin goce de sueldo, ocho policías con procedimientos administrativos y 12 casos que no ameritaron sanción.
Las conductas señaladas son diversas: 15 casos por ausencias injustificadas, 14 por corrupción, 13 por omisión de deberes, 11 por abuso de autoridad y 5 por violencia de género, además de otros por daño a equipo, discriminación o incluso consumo de drogas.
LÍNEA CIUDADANA DE DENUNCIAS
Para enfrentar este escenario y recuperar la confianza social, desde mayo está en funcionamiento una línea telefónica ciudadana (55 2466 1399), disponible de lunes a viernes en horario laboral. El número es atendido por especialistas en Derecho y Criminología, quienes orientan a los denunciantes y registran cada caso.
Las llamadas se graban y concentran en reportes mensuales, lo que permitirá detectar patrones de reincidencia. La medida busca garantizar transparencia y un canal imparcial en el que los izcallenses puedan denunciar abusos o actos de corrupción de los uniformados.
CONTEXTO DE DESCONFIANZA
La necesidad de fortalecer la rendición de cuentas se refuerza con los datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, que ubica a Cuautitlán Izcalli entre los municipios donde la población reporta altos niveles de percepción de corrupción al interactuar con las autoridades de seguridad pública.
El reto para la administración municipal será no solo sancionar a los responsables, sino también generar una corporación confiable para la ciudadanía, en un contexto donde la legitimidad de la policía está constantemente en entredicho.
