Mientras más lo pienso más dudas me quedan

Carlos Praget

Una de las cualidades que tenemos los seres humanos es poder desarrollar y entrenar el pensamiento crítico. De manera genérica es la capacidad de analizar, considerar y decidir la validez de la información que recibimos de manera consciente y apegada a evidencias. Desde luego, esta habilidad en la actualidad no es muy apreciada dado que se valora más lo que la gente piensa, lo que siente y minimizar las evidencias.

Ejemplo, un niño no piensa de manera crítica si existen o no los reyes magos, la promesa de regalos en 6 de enero es más que suficiente para asumirlos como hecho incontrovertible. La idea es que en la medida en que se crece uno vaya desarrollando la habilidad para discernir verdades o mentiras con base en la evidencia, no en la creencia. ¿Pero que situaciones tenemos en la realidad para pensar críticamente?

Caso 1. Rodolfo “Fofo” Márquez era un, digamos, influencer, un sujeto que hizo relativa fama por sus excesos y sobre todo por la vanidad de presumirlos como hazañas o demostración de poder. Nada que el mundo extrañe. En un momento dado cometió el grave error, acorde a su estilo de vida sin límites, y propinó a una mujer una serie de golpes que derivaron en su posterior detención y que concluyó con una pena para estar los siguientes 17 años en la cárcel por intento de feminicidio.

Caso 2. Esta misma semana se ha dado a conocer que Marianne Gonzaga fue puesta en libertad custodiada, lo que suspende una pena de 5 años de prisión. ¿No te suena el nombre de Marianne?, bueno, en un dato del dominio público fue responsable de causar, con arma blanca, 15 lesiones a Valentina Gilabert. Esta libertad custodiada se da por el “perdón” que concedió Valentina a su agresora. Marianne tiene la gran fortuna de ser mujer menor de edad, y por ello no puede ser un crimen de odio. ¿Podemos hablar de 15 puñaladas de afecto mal encausado?

Tenemos entonces: a una persona (para evitar sesgos o malas interpretaciones) se le castiga con 17 años de cárcel por un intento, es decir, algo que pudo ser, pero no llegó a consumarse. En tanto que a otra persona que efectuó y se registró 15 puñaladas a su víctima, es decir, evidencia física, tangible, obtuvo como sentencia menos de un tercio que una tentativa de delito, y que no llego a más de un año de pena efectiva. ¿Suena todo esto como lo más coherente?

No pretendo jugar a ser abogado o suplantar razonamientos jurídicos. Solo aplico el pensamiento crítico y planteo deducciones. Propinar golpes a quien sea no es un acto noble ni admirable, ¿se puede causar la muerte con un golpe?, sí, desde luego. ¿Con la misma efectividad y posibilidad que con un puñal?, me parece que no. Cierto, uno es mayor de edad, la otra no. Por otra parte, el contexto de la golpiza es resultado de un momento sin control, producto del instante; en el caso de las puñaladas, revisa las crónicas, fue un acto meditado, pensado y planeado. ¿Se debe medir con mayor rigor una reacción violenta generada al instante que una reacción concebida con toda la intención de causar un daño?

Quieres un tema igual de polémico. Esta semana un futbolista casi en el retiro se puso en el centro del debate por sus opiniones, no agresiones manifiestas, no acciones con resultados físicos, solo una opinión que resultó polémica y sirvió para que mucha gente comentara. Primera cuestión, ¿por qué quien critica al futbolista sí tiene derecho a opinar, y él no tiene derecho a dar su opinión de un tema, el que sea?

Se le acusa se violencia por promover estereotipos que resultan inaceptables. Concedamos que sean inaceptables, pero hay quien lo cuestiona con esta expresión: “tú eres un futbolista y no debes opinar de esos temas”, disculpa, ¿esta frase con que se le busca censurar no es acaso un estereotipo que violenta la capacidad de expresión?, es decir, ¿qué profesión o actividad se debe tener para poder opinar de un tema social?, ¿o es un tema donde solo puede opinar un género?, eso suena bastante impositivo. ¿Es que ya estamos en la era en que puedo decir lo quiera en tanto sea igual a la versión que un grupo acepta como la única?

Vayamos al fondo, el que se pida en la actualidad que una mujer cocine es una ofensa, se considera violencia; pero en el caso de que un hombre cocinar no tiene mayor mérito, solo se trata de una actividad funcional, de ser un adulto funcional. ¿Entonces una mujer que no cocina, por ejemplo, deja ser funcional?, creo que es tiempo de pensar estas cosas con seriedad, ¿por qué para alguien una tentativa de delito es más peligroso que alguien que efectivamente planea y comete lesiones (15) en contra de otra persona, del género que sea?, ¿por qué alguien tiene prohibido emitir un punto de vista por el simple hecho de expresarlo?

Hasta donde tengo entendido la ley se concibió para proteger a quien no tiene la capacidad de defenderse. ¿El sentido de las leyes, como lo he compartido habla en automático de un sistema que protege de la mejor manera?, personalmente ya no lo sé.

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