por; nhiria
Si hablamos de joyas del mundo retro, Super Mario Bros. 3 es una de esas piezas maestras que marcó a toda una generación. Lanzado originalmente en 1988 en Japón y más tarde en América en 1990 para la mítica NES (Nintendo Entertainment System), este juego no solo revolucionó la forma en que jugábamos, sino que también elevó el estándar de lo que un juego de plataformas podía ser. A pesar de las limitaciones técnicas de la época, Nintendo logró crear una experiencia rica en detalles, colorida y sorprendentemente variada.

En esta tercera entrega, Mario y Luigi se enfrentan a una nueva amenaza: los Koopalings, los siete hijos del malvado Bowser, quienes han tomado el control de distintos reinos del Mundo Champiñón. Cada uno posee una varita mágica que ha transformado a los reyes de los distintos mundos, y los hermanos deben recuperarlas una por una. El juego te lleva por ocho mundos distintos, cada uno con su propia temática: desde desiertos y océanos hasta cielos flotantes y tierras gigantes. Cada mundo tiene su propio mapa, castillos, enemigos y secretos.

Lo que realmente distinguió a Super Mario Bros. 3 fue su innovadora jugabilidad. El juego introdujo un sistema de inventario que permitía guardar y usar ítems estratégicamente, como la hoja que convertía a Mario en mapache para volar, o el traje de rana que facilitaba nadar en los niveles acuáticos. También había otros trajes menos comunes como el Tanooki, el Hammer Mario y el traje de nube. Cada traje ofrecía ventajas únicas, añadiendo variedad y estrategia al gameplay.

Super Mario Bros. 3 fue un fenómeno cultural. Se promocionó con fuerza, incluso fue parte central de la película ‘The Wizard’ (1989), donde aparecía como el gran juego final. Su éxito fue rotundo: vendió más de 17 millones de copias y fue aclamado por críticos y jugadores por igual. Hoy en día, es considerado uno de los mejores videojuegos de todos los tiempos, y sigue siendo un favorito entre los fanáticos del retro gaming.
Este título no solo nos regaló horas de diversión, sino que también sentó las bases para futuros juegos de Mario y definió elementos que aún vemos en entregas modernas. Super Mario Bros. 3 es un ejemplo perfecto de cómo la creatividad y la innovación pueden trascender generaciones. Si nunca lo jugaste, esta es tu señal para hacerlo. Y si ya lo conoces… ¡no hay mejor momento para volver a disfrutarlo que ahora!
