Por: Fernando Lira Flores *
“Perspectivas y desafíos del nuevo gobierno mexicano: Un Análisis Crítico”
Hoy, en este artículo del Ser y la Nada, les saludo, espero y deseo que se encuentren bien.
En esta disertación, hablaremos respecto de las posibles expectativas y desafíos del nuevo gobierno mexicano que daría una continuidad a la cuarta transformación -como se le ha denominado-
Recordemos que hemos sido bombardeados por la propaganda de los partidos políticos, la euforia por el triunfo y la negación de la derrota.
Ahora, queremos dar al lector un panorama general y con pensamiento crítico para presentar parámetros de las posibles perspectivas y desafíos que tendrá el nuevo gobierno después de la contienda electoral.
Continuamos…
Es difícil predecir con certeza qué puede esperarse de un nuevo gobierno en México, ya que depende de diversos factores como la plataforma política del partido en el poder, las circunstancias económicas y sociales, la cultura país; así como los desafíos y prioridades en este momento.
Sin embargo, algunas expectativas serían los cambios en políticas públicas, así como iniciativas para abordar problemas sociales y económicos, y la implementación de reformas en sectores como el educativo, de salud, de seguridad y el del medio ambiente, entre otros.
También es probable que este gobierno enfrente críticas y desafíos, así como la necesidad de encontrar un equilibrio entre las demandas de diversos sectores de la sociedad, la política y economía nacional e internacional. Por ello, debería abordarlos de manera integral y estratégica. Algunos puntos de vista con base a lo leído, escuchado e investigado por quien escribe serían:
Realizar un diagnóstico preciso mediante un análisis exhaustivo de los problemas que enfrenta México en diversas áreas, como economía, educación, salud, seguridad, medio ambiente, el gasto público, déficit fiscal, balanza comercial y priorizar y dirigir los recursos de manera efectiva.
Otro punto lo serán las políticas públicas efectivas, para desarrollar e implementarlas de manera sólida, pero sobre todo bien fundamentadas para atender los problemas identificados. Cabe remarcar que estas políticas deben ser inclusivas, transparentes y orientadas hacia resultados tangibles y sostenibles.
La coordinación interinstitucional será crucial para la colaboración entre diferentes instituciones gubernamentales a nivel federal, estatal y local, que garanticen la implementación efectiva de los planes, políticas y programas federales.
Un punto medular lo será la participación ciudadana, -como un reto fundamental que movilice a la sociedad civil, el sector privado y otros actores-, relevantes en la identificación de problemas, el diseño de soluciones y la supervisión de la implementación de políticas públicas.
La rendición de cuentas permitirá garantizar la transparencia en la gestión pública; así como promover ésta de los funcionarios para prevenir la corrupción y fortalecer la confianza de la ciudadanía en las instituciones del Estado.
Lo más importante será la innovación y tecnología, para utilizarlas de manera creativa y mejorar la eficiencia y favorecer la efectividad de los servicios públicos y privados, así como para abordar desafíos emergentes en áreas como la educación, la salud, la seguridad, productividad y competitividad.
El nuevo gobierno deberá considerar un enfoque a largo plazo a partir de una visión prospectiva que adopte la formulación de planes, programas y políticas, con el objetivo de generar resultados sostenibles y mejorar la calidad de vida pensando en las generaciones futuras.
Un punto más sería el lograr y mejorar la colaboración internacional mediante la cooperación y el intercambio de experiencias con otros países y organizaciones internacionales, para enfrentar desafíos globales y regionales, como: el cambio climático, la migración, el crimen organizado la educación, formación de capital intelectual y más.
Al abordar los desafíos de manera integral y estratégica, el nuevo gobierno en México puede trabajar hacia el desarrollo y el bienestar del país en su conjunto.
Aunado a lo anterior, se deberán enfrentar una serie de desafíos económicos, fiscales y financieros -que son un tema álgido-, incluidos los siguientes:
La paridad cambiaria, cuya volatilidad representará un desafío, especialmente si hay fluctuaciones significativas que afecten la estabilidad económica y financiera del país, por ende, deberá implementar políticas monetarias y fiscales adecuadas para gestionar estas fluctuaciones y promover la estabilidad cambiaria.
Finanzas públicas y déficit fiscal, es uno de los mayores retos del gobierno entrante, para poder mantener unas finanzas saludables, gestionar el déficit fiscal de manera responsable, equilibrando los ingresos y gastos públicos, así como implementar políticas fiscales eficientes para aumentar los ingresos y controlar el gasto público.
Las remesas venidas del trabajo migrante, –especialmente desde Estados Unidos-, son una fuente importante de ingresos para muchas familias en México y una parte significativa de la economía del país. Así pues, el gobierno deberá adoptar políticas que promuevan la recepción segura y eficiente de las remesas, así como buscar formas de aprovechar este flujo de ingresos para estimular el desarrollo económico y social en las comunidades receptoras.
La inflación -el gran fantasma mundial-, que merodea la economía. Ésta habrá que mantenerla en niveles bajos y estables, como parte del desafío económico. Lo cual requerirá políticas monetarias efectivas, así como medidas para abordar las causas subyacentes de la inflación, como los aumentos en los precios de los alimentos y la energía.
Y por último y no menos importante, el crecimiento económico, sostenible y equitativo, -aprovechando el new shoring-, que será primordial para mejorar el bienestar de la población, reduciendo la desigualdad, depurando la competitividad y no solo buscando la generación de empleos que sirvan como estadística.
El gobierno deberá implementar políticas que fomenten la inversión, la productividad y la creación de empleo, así como promover la inclusión financiera y el desarrollo de sectores clave de la economía a la iniciativa pública y privada.
Abordar estos desafíos requerirá un enfoque integral y coordinado que combine políticas fiscales, monetarias y estructurales efectivas, así como una colaboración activa con el sector privado, la sociedad civil y otros actores relevantes.
Ahora les dejo, pero sin antes plantear al lector estas cuestiones para su reflexión:
¿Qué impacto podrá tener el nuevo gobierno en su vida cotidiana y en el futuro del país?
¿Consideraría que las políticas y acciones del nuevo gobierno, deberán seguir respondiendo a los problemas más urgentes que enfrenta México de la misma manera que el gobierno saliente?
¿Realmente, el gobierno estuvo aprovechando de manera efectiva la colaboración con la sociedad civil y el sector privado para resolver los desafíos del país?
Hasta el siguiente comentario del Ser y la Nada.
*Administrador de Baldemart y Asociados S.C. y docente desde bachillerato hasta posgrados en diversas instituciones educativas públicas y privadas.