CAMINOS Y MONTAÑAS

Por Carmelo Galindo

Oportunistas relaciones entre México y Estados Unidos: costos y amenazas

Constantemente escuchamos –en las últimas décadas– que las relaciones entre México y los Estados Unidos se tensan por temas del narcotráfico y migración; las autoridades norteamericanas exigen frenar ambos fenómenos y mantener inmejorables “ventajas” para dar fluidez al comercio y seguridad a sus inversiones; son injerencistas e incluso, a nivel fronterizo, “evaden” las instancias diplomáticas nacionales para establecer acuerdos con gobernadores y grupos económicos.

LA BÚSQUEDA: entre tantos estudiosos sobre las relaciones de México con Estados Unidos, recurrimos al Instituto Matías Romero, que desde su creación en 1974, cuenta con un cuerpo académico formado por especialistas y diplomáticos, quienes afirman que las relaciones entre ambas naciones son “muy complejas”, pero a la vez, las considera “maduras e institucionalizadas”, destacando la existencia del permanente diálogo más la revisión periódica de una agenda bilateral donde se plasman sus intereses fundamentales; tales afirmaciones son muy cuestionables pues –ahora mismo– prevalecen asimetrías y absurdas exigencias como el programa “Quédate en México” y el incontenible tráfico ilegal de armas.

Al respecto, buscando en el tiempo, encontramos en la década de 1840 una serie de “hechos” históricos que marcaron –desde entonces– el asedio y el oportunismo de los vecinos del norte; como “faro” de referencia está la figura del oaxaqueño, Matías Fco. Orosio Romero Avendaño, destacado participante en la política binacional a partir de 1859 y compañero de don Benito Juárez en el diseño del proyecto de nación del que mucho prevalece hasta nuestros días.

En este mar de viejos y “crueles” intereses, es pertinente recordar a las nuevas generaciones de mexicanos, que nuestro país ha sido víctima de las ambiciones desmedidas del gobierno estadounidense, mismas que continúan pero los políticos mexicanos han decido “dejarlas” en el olvido, someterse a la voluntad y poder norteamericano y enriquecerse en lugar de sostener la vigencia de la nación mexicana como lo intentaron –sin éxito– algunos connacionales en el pasado.

Entre los abusos más “gravosos”, destaca la guerra de 1846-1848 –motivada por la anexión de Texas en 1845- cuyo pretexto fueron las reclamaciones de “daños materiales” causados por los mutuos ataques entre liberales y conservadores cuando el verdadero interés era apropiarse del territorio mexicano, tal y como consta en el Tratado de Guadalupe Hidalgo –firmado del 2 de febrero de 1848– con el que se cedió lo que hoy comprende: California, Nevada, Utah, Nuevo México, Texas, Colorado, Arizona y parte de Kansas, Wyoming y Oklahoma.

ERROR MEXICANO: antes de aquella época –como ahora con el asentamiento LeBaron– se había permitido la entrada de migrantes estadounidenses a tierras mexicanas, principalmente a Texas y California, mismos que tiempo después desconocieron al gobierno y a sus leyes; pero en el fondo, el verdadero problema fue la prohibición de la esclavitud en 1829, hecho que molestó a los latifundistas texanos, entre otros, cuya economía dependía de la mano de obra esclava.

Aprovechando la inestabilidad interna en 1845, J. Slidell, a nombre del gobierno estadounidense exigió a México mover las fronteras más al sur a cambio de “cancelar” las reclamaciones de los texanos; el Presidente, James Knox Polkpropuso comprar Texas y Nuevo México, viendo en la guerra civil entre conservadores y liberales su mejor oportunidad para hacerlo, justificándose en que, la presencia de potencias europeas como Francia, representaban un riesgo para Norteamérica, tomando como evidencia el conflicto bélico de 1838 a 1839 cuando el ejército francés atacó a San Juan de Ulúa y tomó el puerto de Veracruz dando vida a la “Guerra de los Pasteles”.

INDEPENDENCIA MAYA: abonando a la inestabilidad interna, la independencia yucateca del 1 de enero de 1846 propició que los latifundistas armaran a los mayas para luchar contra el gobierno federal; sin embargo, los indígenas aprovecharon la oportunidad para iniciar la “Guerra de Castas” en julio de 1847 teniendo como fondo los abusos y explotación por parte de los criollos y mestizos –latifundistas-; esa guerra causó una perdida de unas 300 mil vidas y concluyó hasta 1901 cuando el ejército mexicano tomó “Chan Santa Cruz” e inmediatamente se creó el Estado de Quintana Roo.

En su momento, la resistencia había planteado dividir el territorio maya en dos: uno indígena y otro para criollos y mestizos, dicha “idea” separatista contó con el apoyo de Inglaterra aportando armas y dinero a cambio de madera, por su parte, Estados Unidos apoyó con dos objetivos, restablecer un proyecto esclavista en el Caribe y evitar la entrada “europea” a su patio trasero, considerado así desde 1832 con la Doctrina Monroe de América para “los estadounidenses”.

La historia describe que desde 1850, la resistencia de los pueblos mayas adquirió tintes visiblemente ideológicos contra la invasión cultural, política, económica y territorial de los criollos y blancos, cuando –a tres años de iniciada la Guerra de Castas– fue encontrada una cruz tallada en un árbol de caoba en las cercanías del cenote Kanpokolché conocida como la “Cruz Parlante” –que hasta nuestros días- es un símbolo místico “maya”, cuyos ritos se celebran enTixcacal, Chun Pon y Chancay –hoy Carrillo Puerto– durante los meses de abril y mayo.

ERA DE LA 4T: no está demás señalar, que la resistencia maya –como la de otras etnias latinoamericanas– no surgió en 1847 ni culminó en el 1901, sino que continúa con visibles “discordias” cuando se abren “grietas” como ahora con el Tren Maya y tras las recurrentes visitas del actual Embajador estadounidense “El Chino” Kenn Lee Salazar al sureste mexicano; quien anda como “Juan por su casa”, teniendo reuniones como la del 8 de diciembre pasado con titulares del poder Ejecutivo de: Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas y San Luis Potosí ¿Qué pretende y por qué el gobierno mexicano lo permite? ¿Usted cree que los únicos intereses del Chino-texano sean: la pandemia y el cambio mexicanoyo tampoco, pues la otra semana, aterrizaron sendos aviones “hércules” en territorio sonorense y no creo que trajeran vacunas, máxime que los pueblos Yaquis están en “pie de lucha” contra los gaseoductos norteamericanos.

INCITACIÓN MEXIQUENSE: se enreda El Grupo Texcoco en la sucesión mexiquense, recientemente han recobrado “virulenta” publicidad los “diezmos” administrados por el Grupo Acción Política –GAP- que comanda el Senador Higinio Martínez Miranda cuando fuera alcaldesa de Texcoco –2012 a 2015– la actual Secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez.

En este sistema político mexiquense de “compadrazgos” secretos pero descaradamente conocidos, no puede faltar mencionar la “ausencia obligada –por motivos de salud– del “sacerdote-político” Onésimo Cepeda Silva ex obispo de Ecatepec-; en términos políticos y de negocios, Cepeda tiene más valía que como religioso; el “obispo de las élites”, tiene amistad con personajes como Carlos Slimde quienes se cuenta una sugestiva anécdota al decir que: “si ambos intercambiaran roles de magnate a cura, no habría ninguna diferencia”.

La historia confirma que la amistad entre ambos los llevó cuando Cepeda tenía 26 años a conformar con Slim la “Bolsa Inversora Inversora Bursátil S.A. de C.V” en 1964 hoy Imbursa; también colaboró con los dueños de Banamex –hoy de Citigroup y puesto a la venta coincidiendo con la hospitalización del sacerdote magnate– pero no solo tiene vínculos con el sector financiero también los tiene con ICA, Televisacolegios universitarios y con los principales semilleros políticos del PRI-PAN, sin dejar fuera a grupos cerrados como Texcoco, Atlacomulco y demás cofradías partidistas; su poder y presencia crecieron cuando “El Papa” –en 1995– lo nombró Obispo de Ecatepec, puesto que usó para golpear duramente a AMLOquien recordará bien los actos de desprestigio del 2006-, en cambio no vio con “malos” ojos la postulación de Delfina Gómez en el 2017, época en que se pensó que había dado la espalda al Grupo Atlacomulco, sin embargo, terminó siendo solamente un “señuelo” del clero para negociar con Peña Nieto más poder.

Por eso, no terminó de encajar en la mente de la derecha católica-empresarial, que el otrora férreo defensor del Aeropuerto de Texcoco aceptara con premura ser candidato a diputado federal del partido Fuerza por México de Pedro Haces, quien vendía la idea de arrasar en las elecciones intermedias del pasado 2021 y que terminó perdiendo el registro nacional.

Cepeda no está fuera del escándalo judicial, pues en el 2010 fue denunciado por lavado de dinero y fraude procesal cuando en el 2003 simuló un préstamo a la empresaria Olga Azcárraga por 130 millones de dólares.

Con este historial de relaciones, conexiones e intereses en tierras mexiquenses, Onésimo Cepeda, sigue siendo un personaje preponderante en la definición del candidato a gobernador en el 2023 y no crea que sólo en la derecha que impulsa a Enrique Vargas sino también en la supuesta izquierda mexiquense, si lo duda, pregunte a Mario Delgadolíder nacional de Morena.

Hasta Pronto.