CAMINOS Y MONTAÑAS

Por Carmelo Galindo

Violencia política y electoral desde Atlacomulco

El 1 de enero, los medios de comunicación desde muy temprano publicitaron una “escena” cuyo impacto psicológico es de “terror”, aunque se tratase de un “festejo” de año nuevo o de una “sátira contra el mal gobierno” en el fondo fue un mensaje de “violencia política” desde Atlacomulco donde “literalmente” personas desconocidas –hasta ahora– cortaron la “cabeza” a la estatua del máximo líder de la 4T y mandó señales de reunificación de las “oligarquías” mexiquenses.

Mientras no se aclare quienes y por qué cometieron dicho acto “vandálico”, cualquier lectura puede asociarse al multicitado suceso; cómo saber si se trató de una “broma” o de “un mensaje violento” contra los representantes de Morena en esa entidad o –incluso– para aquellos políticos que abruptamente se aliaron al partido guinda para gobernar varios municipios mexiquenses: una imagen dice más que mil palabras.

En todo caso, el Grupo Atlacomulco, captó la atención nacional de noticieros, analistas políticos y de seguridad.

SÍMBOLO DEL PODER PRIISTAAtlacomulco en la “psique” estatal y nacional, es la tierra-corazón de priistas dominantes de la escena política estatal y nacional desde la década de los cuarenta cuando Isidro Favela Alfaro fundó esa agrupación, siguiéndole la huella: Alfredo de Mazo Vélez, Salvador Sánchez Colín, Alfredo del Mazo González, Arturo Montiel Rojas, Enrique Peña Nieto y Alfredo del Mazo Maza, entre otros.

Por su trayectoria, uno de sus políticos más representativos fue Alfredo del Mazo Vélez, a quien su “tío” Isidro Fabela (1942-1945) lo integró al gobierno estatal y luego lo sustituyó durante 1945-1951 –su padre Manuel del Mazo Villasantetambién fue alcalde de Atlacomulco– posteriormente su hijo Alfredo del Mazo González fue mandatario estatal durante 1981-1986 y, su nieto Alfredo del Mazo Maza fue electo para el periodo 2017-2023.

No olvidar que Arturo Montiel y Enrique Peña Nieto provienen de la misma familia y otro hijo adoptivo de Atlacomulco, el profesor Carlos Hank González, pupilo de Isidro Fabela también gobernó durante 1969-1975.

Por todo lo anterior, hay quienes calificaron de “imprudente” e “ingenua provocación” la actitud del exalcalde, Roberto Téllez Monroy cuando a dos días de concluir su mandato, colocó e inauguró una estatua del máximo líder de Morena y Presidente de la República en el “punto-corazón” más emblemático del priismo contemporáneo, hasta Felipe Calderón criticó “amargamente” la actitud del exalcalde.

EL MENSAJE: más allá de cualquier justificación, conviene asimilar –a los morenistas- que Atlacomulco fue recuperado por el PRI y sus aliados con Marisol Arias Flores -alcaldesa de 1997 al 2000-, quien en su “toma de protesta” aglutinó a la “crema y nata” del priismo mexiquense, destacando: 

Arturo Montiel Rojas -tío de los hermanos Peña Nieto-Emilio Chuayffe -exgobernador y pupilo de Hank González-Alejandra del Moral –dirigente estatal del PRI y aspirante a la gubernatura en el 2023-, Carolina Monroy del MazoArturo Peña Nieto –hermano del expresidente-, Gustavo Cárdenas Monroy -primo de los Peña Nieto y actual diputado federal- entre otros.

Con estos ingredientes, obviamente, el mensaje implícito es de violencia político-electoral, iniciando así la lucha sucesoria estatal; además su efecto multiplicador –seguramente- alcanzará a los estados donde hay conflictos por las candidaturas a gobernadores como en Hidalgo donde la confrontación interna entre priistas es “frontal” entre el gobernador Omar Fayad Meneses y el dirigente nacional Alejandro Moreno Cárdenas; ambos se acusaron y dijeron de todo: el gobernador dijo que “Alito” pactó en lo “oscurito” la candidatura a favor del PAN –ignorando los derechos de la militancia hidalguense– y, éste respondió a Fayad que traicionó al tricolor, haciendo “pactos con Morena” para entregarle el estado en el 2022.

EVIDENCIAS: en retrospectiva desde antes del 2018 hasta el 2021, podemos visualizar efectivamente tres claras estrategias de Morena para hacerse del control político y electoral en la geografía nacional: 1) cooptar con amenazas de persecución y de prisión a los gobernadores de partidos opositores, ejerciendo al mismo tiempo una fuerte presión desde los medios de comunicación –véaseJavier Corral en Chihuahua, Cabeza de Vaca en Tamaulipas y, ahora, Omar Fayad en Hidalgo; 2) acorralar –por los mismos medios– a los dirigentes nacionales –del PRI y del PAN– con un pasado corrupto e indefendible para “evitar” desde el centro “elegir” candidatos ganadores y con amplia aceptación popular y; 3) movilizar a partir de la popularidad de AMLO y del gasto social federal.

Las primeras tácticas pueden documentarse con lo sucedido en Sinaloa donde el CEN del PRI impuso a Mario Zamora en lugar de Jesús Valdés, quien era el mejor posicionado; en Sonora la alianza Va por México, aplicó la misma “jugada” que planean con Carolina Viggiano en Hidalgo a pesar del visible y contundente fracaso del Borrego Gándara, cuya candidatura solamente logró confundir y desanimar a las militancias de ambos partidos.

Gracias al éxito de sus estrategias, Morena eligió no construir estructuras territoriales, pues en esta etapa realmente no las necesita, le basta con tejer alianzas con los –nada presentables– operadores y líderes partidistas opositores, complementadas con apoyos de los grupos de facto; como resultado, la democracia partidista no existe ni para elegir sus dirigencias, menos para seleccionar candidatos a gobernadores.

En perspectiva hacia el 2022, 2023 y 2024, se vislumbra una “encarnizada” lucha por el poder entre Morena contra el poder –político y económico– más enraizado en el centro del país; sin embargo, al no existir realmente partidos opositores, no descarte que se inicien movimientos internos para “correrlos” por entreguistas.

Mientras eso no suceda, en esta lucha, el mayor aliado de Morena –para salir avante– son las dirigencias nacionales actuales –los charros– y los “cabizbajos” gobernadores; por otro lado, los grandes perdedores y derrotados serán las “añejas y leales” militancias locales y regionales –incluidos los morenistas-, quienes no tienen ninguna oportunidad de hacer llegar un cuadro auténtico, que “enarbole” sus anhelos políticos y sociales.

En conclusión, Morena está llevando al límite el modelo concentrador del poder a través de la “centralización de las decisiones” administrativas y políticas y, ¿No podía ser de otra manera?

INCITACIÓN MEXIQUENSE: este año amaneció muy “calientito” en escándalos a nivel gobernadores y, no puede descartarse que el del Estado de México entre muy pronto en ese “peligroso” tobogánaunque –Alfredo del Mazo Maza-, ha sido un político discreto que se conduce con bajo perfil, sin embargo, eso pasará a segundo lugar cuando anuncie sus “aspiraciones” para abanderar al PRI en el 2024.  

Otros gobernadores, no tuvieron la misma suerte y fueron sorprendidos con escándalos de grandes dimensiones, iniciando el año 2022. Veamos quienes son:

Enrique Alfaro Ramírez, gobernador de Jalisco, se enredó en una confrontación –de pronósticos reservados– directamente con el periodista, Ricardo Ravelo Galo, a quien incluso “sentenció” que demandará ante los tribunales por sus declaraciones lesivas a su integridad moral y profesional; en respuesta, el periodista recibió el apoyo inmediato de su gremio y de las autoridades federales para resguardar su integridad; esta trama apenas inicia y, posiblemente aumente de intensidad conforme se acerque la sucesión presidencial.

Cuauhtémoc Blanco Bravo, gobernador de Morelos, es otro que amaneció este año con “chambelán”, pero no está bailando sólo, lleva de “pareja” al líder del PES, que muy bien conocen en Edomex; los señalamientos en contra de ambos, son de gran seriedad y, por el bien del pueblo morelense, ojalá sean aclarados y solventados por vías de la autoridades competentes.

Cuitláhuac García Jiménezgobernador de Veracruzcomo buen mecánico electricista –que es-, le movió las “tuercas y cables” al mismísimo Senado de la República, dominio político de Ricardo Monreal; llevándose en la “trifulca” al espirante natural al gobierno veracruzano por MC en el 2024, en la persona del también senador Dante Delgado Rannauro; dicha confrontación la “motivó” el encarcelamiento de José Manuel del Río Virgen.

Samuel García Sepúlveda, gobernador de Nuevo León, también fue alcanzado por el escándalo al circular un “video” donde se le acusa de tener –o haber mantenido– vínculos con un “grupo” dedicado al despojo y lavado en esa entidad; aunque, en comparación con los otros casos, lo de Samuel García –por ahora– parece que puede manejarlo mejor, en la medida que pueda demostrar su inocencia.

Hasta pronto.