UNA HISTORIA SOBRE LO URGENTE… QUE NO IMPORTA

In memoriam de Raúl Lira de la Barrera

Por: Fernando Lira Flores *

¡Hola de nuevo! Bienvenidos a este artículo de opinión de El Ser y la Nada, un espacio donde las ideas no buscan respuestas inmediatas, sino preguntas necesarias.

Hoy quiero hablarte de una trampa que nos devora en silencio y que se relaciona con el cuadrante III del tiempo, planteado por Stephen Covey. Ese lugar donde las urgencias ajenas nos hacen olvidar lo esencial.

¿Alguna vez te has sentido agotado al final del día, y aun así sin tener claro qué lograste?
¿Has dicho a reuniones innecesarias, compromisos que no te llenan o favores que no te correspondían, solo para evitar conflictos?

Si tu respuesta es afirmativa, este artículo es para ti.

Cuando lo urgente se disfraza de importante

Stephen Covey lo explica claramente en Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva: el tercer cuadrante se compone de cosas urgentes, pero no importantes. Llamadas, correos, interrupciones, compromisos sociales o laborales que parecen inaplazables, pero que en realidad no mueven tu vida hacia donde quieres ir.

Son acciones que realizamos con frecuencia para complacer, para evitar conflictos o simplemente para quedar bien.

Pero cada automático a esas urgencias es también un NO silencioso a lo que verdaderamente importa.

Una historia que ojalá fuera menos real

Hace unos meses, un colega muy querido -al que llamaré “L”- me confesó algo que aún me sacude: “Me he vuelto experto en resolver todo… menos mi propia vida.”

“L” era eficiente, siempre estaba disponible, respondía mensajes a cualquier hora, asistía a todas las reuniones a las que se le invitaba, trabajaba sin descanso y ayudaba a todos.

Pero cada noche volvía a casa con la misma frase en los labios: “No tuve tiempo para lo mío.”

Hasta que un día su cuerpo dijo basta. Un cuadro severo de ansiedad lo obligó a frenar. En el hospital, entre sueros y medicamentos, entendió que había vivido al ritmo de lo que otros necesitaban, no de lo que él valoraba.

Lo fui a visitar, y me dijo con los ojos llenos de cansancio: “No me quebré por un gran problema. Me quebré por mil pequeñas cosas que no eran importantes, pero que nunca supe decir que NO.”

Entonces, te pregunto lector: ¿por qué nos cuesta tanto decir NO?

Porque confundimos urgencia con relevancia.

Porque nos enseñaron que estar ocupados es sinónimo de compromiso.

Porque el miedo al rechazo o a decepcionar a otros nos lleva a descuidarnos a nosotros mismos.
Todo porque, nos repitieron frases como:

Trabaja como burro para tener algo en la vida.

El que más trabaja es el más productivo,

Quien se niega, pierde oportunidades.

Pero si no ponemos límites, la vida los pondrá por nosotros. Y no siempre de forma amable… como le ocurrió a “L”.

El cuadrante III también se habita con valentía

Como se mencionó en el artículo 9 y 10 previamente que anteceden al presente: ser personas conscientes en el tercer cuadrante no significa dejar de ayudar, ni vivir aislados.
Significa comprender que no todo lo que brilla, urge.

Y que no todo lo que urge… realmente importa.

Es aprender a detenernos y preguntarnos: ¿Esto es verdaderamente importante para mí? ¿Estoy reaccionando o eligiendo? ¿Este compromiso me acerca o me aleja de lo que valoro?

Te indicamos a continuación, algunos SÍ, que podemos transformar:Reuniones que puedes delegar. Compromisos sociales que no te nutren. Tareas que podrías posponer sin daño. Mensajes que no necesitan respuesta inmediata

Esto, no se trata de evadir responsabilidades, sino de asumir las propias con prioridad.

Volver al centro es el arte de priorizar tu vida

Lo urgente siempre tocará a la puerta. Pero solo tú decides si lo dejas entrar.

Cada vez que priorizas lo que importa, recuperas tu tiempo, tu salud, tus vínculos… y tu propósito.

Y eso, créeme, no es egoísmo. Es sabiduría.

Reflexionemos…

El cuadrante III es como una habitación con muchas puertas, pero sin ventanas.
Puedes pasar toda la vida entrando y saliendo… sin ver la luz de lo que verdaderamente importa.
Hoy -lo dejo a tu consideración-, puedes seguir apagando urgencias ajenas, o
empezar a encender tu propia claridad.

Concluyamos…

La vida no se trata de estar ocupado, sino de estar presente. No se mide en tareas cumplidas, sino en propósitos elegidos. El tercer cuadrante seguirá tocando a tu puerta. Pero, recuerda:

Cada SÍ que das, construye o consume tu destino.

Decidir no es rechazar a otros… es comenzar a abrazarte a ti.

Te dejo con la siguiente reflexión: ¿Vas a seguir corriendo por lo que no importa… o vas a detenerte por lo que sí te transforma?

Hasta el próximo artículo de El Ser y la Nada, ese lugar donde lo urgente no es lo que dicta, sino lo que se cuestiona.

Versión en Audio

* Administrador de Baldemart y Asociados S.C. y docente desde bachillerato hasta posgrados en diversas instituciones educativas públicas y privadas.

Mesografía sugerida

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *