CUMPLE 5 AÑOS

Por: Fernando Lira Flores *

Antes de iniciar, agradecemos a quienes nos han leído desde un inicio y a quienes son seguidores asiduos de la publicación.

Me gustaría aclarar que: El Ser y la Nada nace de la necesidad de pensar en voz alta, en medio del ruido. Aquí no se escribe para confirmar lo sabido, sino para sembrar duda, provocar reflexión y denunciar las llagas que la costumbre vuelve invisibles.

No aspiramos a tener la razón, sino a incomodar con razones. Nos mueve la sospecha de que lo establecido muchas veces es lo que menos debería estar en pie.

Escribimos con el alma crítica y el corazón encendido, pero sin dogmas ni trincheras partidistas.

Gracias a los lectores por la lectura de la publicación, reiterando nos dejen sus comentarios para ir mejorando y depurando nuestro contenido; y mi agradecimiento profundo a CONTINUAMOS.MX por publicarnos.

Inciamos…

Cuando Toffler lo vio venir y no hicimos nada

Hola de nuevo, bienvenidos a esta columna de opinión El Ser y la Nada.

Comencemos con una pregunta: ¿Qué pasaría si te dijera que el futuro de la educación mexicana fue anticipado hace décadas y no hicimos nada?

Este artículo revela cómo las ideas de Alvin Toffler pueden ayudarnos a comprender y transformar la crisis educativa actual.

“Los analfabetos del siglo XXI no serán los que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender.”  Alvin Toffler (1970, p. 414)

El futuro llegó. Y no lo supimos leer.

Cada día estamos frente a pantallas que más nos vigilan que lo que informan, repitiendo rutinas obsoletas. Pedimos educación como póliza contra la incertidumbre, cuando en realidad necesitamos conocimiento que incomode, rete y transforme.

Alvin Toffler, ese profeta sin púlpito, intelectual sin dogma, nos regaló hace décadas una trilogía que hoy parece un parte médico de una humanidad incapaz de adaptarse al cambio que ella misma provocó.

Continuamos…

I. Future Shock (1970): Cuando el cambio enferma

En México, donde las aulas aún dependen del pizarrón y la tiza, mientras el mundo gira a la velocidad del microchip, vivimos el “shock del futuro” que Toffler predijo: “Demasiado cambio en un corto período puede resultar en un colapso adaptativo” (Toffler, 1970, p. 12).

Nuestros planes de estudio aún priorizan la memoria sobre el pensamiento crítico. Escuelas sin agua potable, sin conectividad, con aulas improvisadas, luchan por sobrevivir a una tormenta que Toffler anticipó hace más de 50 años. Seguimos entregando títulos en lugar de herramientas. Calificamos estudiantes con exámenes que no transforman.

Al respecto damos cifras: más de 4 millones de jóvenes ni estudian ni trabajan (INEGI, 2023). Hablar de shock del futuro no es metáfora, sino catástrofe educativa.

II. The Third Wave (1980): El cambio de era que no supimos leer

Toffler explica que la historia avanza en olas: agricultura, industria y ahora conocimiento.

“La tercera ola está arrasando con nuestras instituciones más sagradas” (Toffler, 1980, p. 20).

Pero en México seguimos presos de la era industrial. El aula gira alrededor del maestro que dicta y del alumno que copia. La capacitación docente es mínima, la inversión tecnológica desigual y en los márgenes, rurales o urbanos, se reproduce un sistema que enseña a repetir, no a pensar.

La Nueva Escuela Mexicana, aunque bien intencionada, enfrenta resistencias estructurales y culturales alejadas del siglo XXI. Conceptos como alfabetización digital o pensamiento computacional siguen siendo ciencia ficción para muchos.

Mientras tanto, los algoritmos educan más que los libros y los influencers moldean más valores que los docentes. La tercera ola llegó a México, pero sin tabla de surf y sin voluntad política para surfearla.

III. Powershift (1990): El poder cambió de manos (y ni nos dimos cuenta)

“Estamos viviendo una de las transferencias de poder más profundas en la historia de la humanidad” (Toffler, 1990, p. 15).

El conocimiento se ha descentralizado, pero el acceso sigue siendo desigual. En México, con un 43.9% de la población en pobreza (CONEVAL, 2023), ¿quién accede a educación significativa? ¿Quién decide qué saber es válido? ¿Qué pasa cuando las plataformas digitales enseñan sin formación ética ni crítica?

El poder del conocimiento se desplazó, pero creó nuevas subordinaciones digitales, silenciosas y rentables. Nuestro sistema educativo forma trabajadores obedientes y consumidores acríticos, no ciudadanos autónomos y pensantes.

Continuamos…

Hoy más que nunca, Toffler debe ser un referente para todas las instituciones educativas en México, no como autor de cultura general, sino como crítica radical.

Mientras confundamos educación con escolarización y conocimiento con domesticación, seguiremos formando espectadores pasivos del cambio.

México no necesita más reformas superficiales: necesita una revolución del pensamiento que despierte el deseo profundo de saber y la pregunta que conecta al joven con su realidad y dignidad.  “El cambio no es meramente necesario en la educación: es esencial.” (Toffler, 1970, p. 414)

Dejo las siguientes cuestiones para reflexión:

  • ¿Está dispuesto a desaprender lo que le enseñaron para pensar críticamente su lugar en el mundo?
  • ¿Su experiencia educativa le ha ayudado a comprender el presente o solo a adaptarse pasivamente a lo que otros deciden?

Hasta el próximo comentario de El Ser y la Nada.

*Administrador de Baldemart y Asociados S.C. y docente desde bachillerato hasta posgrados en diversas instituciones educativas públicas y privadas

Referencias mesográficas

CONEVAL. (2023). Medición de pobreza en México 2022. https://www.coneval.org.mx

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